Iba completamente distraído, con la mente focalizada en cosas vitales, como el concepto de la verdadera verdad, para citar a unos filósofos brasileños (link), entre otros, cuando de pronto me di cuenta de que me había extraviado. No había ningún agujero a la vista y tampoco se me apareció el gato de Cheshire como a Alicia, simplemente me di cuenta de que, de improviso y de forma involuntaria, había pasado a otra dimensión y me encontraba en un bosque encantado, quizás incluso en el bosque encantado. Lo supe de inmediato, no podría explicar cómo, apenas puedo ofrecer como posible evidencia de mi extravío/desvarío esta imagen que tomé con mi fiel cámara, la que nunca miente.