Viernes por la tarde. Pretendemos escapar de la ciudad asediada, corren rumores de que las reservas de agua potable están por acabarse. Según nos han dicho, la zona cerca del mar adonde tenemos nuestro pequeño refugio alternativo aún cuenta con un abastecimiento normal del vital elemento (ahora no se me ocurre otro lugar común, lo lamento) y hacia allá dirigimos nuestras ruedas ("pasos" no sirve, vamos en auto). Pero no contábamos con que otros muchos habitantes están pensando lo mismo y sin poder evitarlo, quedamos presos en el por momentos frenético tráfico. Es importante mantener la calma y no entrar en pánico sin motivos (aunque entrar en pánico con motivos tampoco debe ser aconsejable, ahora que lo pienso). Por ahora, lo mejor para mantener la mente ocupada y en equilibrio estable es esto, disparar la cámara, siempre funciona.