domingo, 12 de marzo de 2023

La araña

En la foto se ve grande, pero era pequeña, simplemente le acerqué la cámara mientras se aferraba con sus cuatro pares de pequeñas patas a su red, que en este momento el viento arrachado agitaba, amenazando desgarrarla y me dificultaba el enfoque. La red no parecía haber atrapado aún ninguna mosca o algún otro insecto con alas, era apenas un plano bidimensional por el cual la araña se veía forzada a desplazarse, esperando.  En cambio, el mundo a su alrededor era un espacio tridimensional, para ella infinito, que los insectos voladores,  sus eventuales presas, recorrían a gusto y del cual ella estaba predestinada a conocer, durante su previsiblemente corta existencia, apenas una ínfima parte.
Prisionera en su red, la araña soñaba con ser mosca.