¡Oh no! El tigre supuestamente embalsamado se acerca sigilosamente a la visitante del museo, que ajena a sus felinas maquinaciones, sigue entretenida mirando a los pajaritos. Incluso puedo imaginar lo que piensa el malvado ahora, "¿Tigre de papel, yo? ¡Já! ahora van a ver si mis garras y colmillos son de papel, abusadores ¿dónde se ha visto mantener a un portentoso félido como yo cautivo en un antiguo cabaret con tan mala fama (link)?"