Ayer estuve trabajando en mi archivo y re-descubriendo fotos que por alguna misteriosa razón había relegado injustamente. La de hoy la tomé durante la celebración de la fiesta del Bom Jesus da Lapa, que se celebra precisamente en el poblado de Lapa, unos 600 km en el interior del estado brasileño de Bahía. Nunca la había mostrado antes. Mirando esa y otras imágenes que tomé cuando trabajaba en mi serie sobre religiosidad popular en Latinoamérica, me pregunto si esos lugares, esas fiestas populares, habrán cambiado mucho. Es posible. El turismo salvaje que busca exotismo sin pensar en el daño que causa, bien puede haberlo alterado todo. Al menos quedan las fotos, las mías y la de otros colegas que dirigieron su mirada sobre el tema.