sábado, 2 de octubre de 2021

La mano






Hasta ese momento, la única mano de Dios que yo conocía era la de Maradona, pero cuando entré por primera vez en las ruinas de esa iglesia desacralizada de Piriápolis dudé. Al fondo, detrás de donde había estado el altar, había una gran mano, y no una mano negra, sino blanca. Hasta hoy no sé lo que vi, pero esta foto atestigua que algo había, no sé qué.