No hace falta una pandemia para estar aislado de los demás, incluso en una ciudad muy poblada como Buenos Aires -o quizás precisamente a causa de ello -donde hay mucha más gente, pero quizás menos proximidad emocional.
No hace falta una pandemia para estar aislado de los demás, incluso en una ciudad muy poblada como Buenos Aires -o quizás precisamente a causa de ello -donde hay mucha más gente, pero quizás menos proximidad emocional.