Leh-1
Dos años después de retornar del Tibet, en 2004, volví a la India para una segunda visita, esta vez acompañado. Uno de los primeros lugares que quería conocer era Laddakh, una región remota al norte separada del Tibet occidental por el Himalaya y quizás un poco demasiado cerca de la conflictiva Cachemira y de Pakistán, el enemigo jurado de la India. Laddakh es el hogar de un buen número de exiliados tibetanos que construyeron templos iguales a los del Tibet, y trajeron sus costumbres y por ello es conocido como el "pequeño Tibet".
Salimos de Delhi en autobús hasta Manali, adonde llegamos exhaustos tras unas cuantas hors de viaje y un trayecto más o menos accidentado. Pero eso no fue nada. El trayecto de Manali a Leh, la capital de Laddak, de poco menos de 500 km duró 18 horas, ascendiendo el Himalaya hasta 5.000 de altitud a lo largo de carreteras de cornisa que bordeaban abismos, estrechas y sin ningún tipo de protección para ayudar a evitar el despiste. Nos quedó claro que salirse de la ruta significaba la muerte casi segura, pero ya había aprendido que a los indios esos detalles los tienen sin cuidado.
Pero finalmente arribamos sin mayores contratiempos, más que algunos sustos, a Leh por la noche y gracias a la ayuda de un compañero de viaje, que era del lugar, conseguimos un hotel adecuado. A la mañana siguiente, bien descansados, salimos a recorrer la ciudad, pequeña, de apenas 140.000 habitantes, pero muy pintoresca.