sábado, 11 de abril de 2020

Un viaje a la India-11


Jaisalmer-1

Tal como era de esperar el autobús para Jaisalmer es incómodo, pero en compensación va tan lleno que lleva gente sentada en el pasillo: hombres de turbantes, grandes mostachos y cutis correoso y mujeres vistiendo ropas multicolores que esconden su rostro tras velos, no por motivos religiosos sino a causa del intenso polvo del desierto que atravesamos y que entra libremente a través de las ventanas abiertas. Ya cae la noche cuando llegamos a Jaisalmer, una de las ciudades más fascinantes que he visto en mi vida, como salida de un cuento de Kipling.

Los edificios de intramuros son de piedra y muy antiguos

Me hospedo en la parte antigua de la ciudad, dentro del recinto amurallado con calles tan estrechas que no permiten el paso de vehículos. El hotel Simla, donde me alojo, es lo que se conoce como un haveli (1),  una construcciòn antigua,  de piedra,  muy interesante, con una terraza desde la que se ve todo el fuerte y la ciudad exterior. Mi habitación  es confortable, hasta las estanterías son de piedra y únicamente el baño, donde falta el agua casi siempre, está hecho a nuevo. Los dinteles de las puertas son bajos y hay que agacharse para atravesarlos. Tiene un balcón bajo, con postigones de madera y una pequeña ventana junto a la cama desde la cual, diariamente y a partir de las seis y media de la mañana, van a penetrar, para mi solaz, los ruidos de una feria muy ruidosa instalada precisamente enfrente y a corta distancia.
Descanso bien y tras despertarme temprano gracias a la dichosa feria, salgo de recorrida. Intramuros, la ciudad está bastante limpia, pero al atravesar las murallas, no tanto. Al atardecer, sentado en la terraza de un café, disfruto del curioso espectáculo que ofrece un toro persiguiendo a una vaca con evidentes fines reproductivos en medio de un grupo de alarmados turistas, como si estuviesen en un establo. Me dicen que es algo normal y a nadie parece llamarle la atención.

Las calles de la ciudad parecen más bien un escenario de película donde  actúan numerosas vacas

La gente hace lo mismo que en otras ciudades, únicamente cambia el decorado

No pude identificar bien a la deidad alojada en esa suerte de templete