jueves, 16 de enero de 2020

Valerosas


Me asombró el coraje -o la indiferencia- de esas dos damas que a pesar de la ominosa presencia de esqueletos y partes de cuerpos ahí nomás, charlaban tranquilamente como si nada. Yo, que en mi juventud supe estudiar anatomía con cuerpos humanos de verdad en la facultad, no pude reprimir un (leve, eso sí) estremecimiento y tuve que protegerme momentáneamente con mi cámara.