Esta tarde al salir de casa pasé junto a este hombre al que ya había visto otras veces en las inmediaciones. Leía tranquilamente su libro sentado al sol sobre un murito pero protegido a medias de sus cada vez más fieros rayos por la amable sombra de un plátano. Por simple asociación de ideas recordé la excelente novela de Adolfo Bioy Casares
Dormir al sol (
link), que si no han leído, se la recomiendo.