Fui a la feria de Tristán Narvaja y allá casi al final, en una esquina hay un boliche "en onda", en un local viejo, pero simpático y bien ambientado y adonde tocaban músicos y reinaba la animación. Al fondo del local las aguas estaban más calmas y estas dos damas (¿o serían tres?) escuchaban la música un poco más tranquilas y confortablemente instaladas.