Esta tarde lluviosa fui a dar una ojeada a un festival juvenil gótico en el centro de Montevideo llamado Winterfest. Estaba muy animado y uno de las atracciones era una peluquerìa gòtica, para los que quisiesen lucir un peinado digno de un personaje de ficción. Muy entretenido, lamenté no tener unos cuantos años menos para poder integrarme al festejo.