sábado, 18 de febrero de 2017

Caos

La situación en Piriápolis es caótica, aparte de los colores del verano, que se han posicionado en las paredes, inamovibles y de las bandas de adolescentes que deambulan ociosos por el balneario, perros negros recorren sus calles con total desenfado e impunidad. Creo que ya es hora de que las autoridades (in)competentes tomen cartas en el asunto y pongan sus bazas sobre la mesa.