miércoles, 18 de enero de 2017

Para variar

Es reconfortante, al menos del punto de vista intelectual, estar rodeado de gente que lee y no se pasa las horas con el celular en la mano ocupada en mensajitos, chats y en fin, cualquier cosa menos leer algo un poco más serio. Reconozco que es un prejuicio, pero cuando viajo a países donde la gente frecuentemente está con libros, revistas o periódicos en la mano, sean estos en papel o digitales, me siento un poco menos extranjero.