En la plaza del Entrevero, los fines de semana al ponerse el sol, hay entretenimiento como para satisfacer todos los gustos: alguno buscan pokémons, otros bailan tangos y/o milongas, hay parejas que se hacen arrumacos y también están los que simplemente curiosean o fotografían a los demás, como yo. Ayer por la tarde, al regresar a casa de la agencia.