miércoles, 11 de mayo de 2016

Dilma

En estos momentos se decide en el congreso brasileño la suerte de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, si va a continuar en su cargo o va a ser reemplazada, supongo que por su vicepresidente, cuyo comportamiento ético parece ser muy cercano al de las residentes de un serpentario. Ayer cientos de manifestantes marcharon por en centro de Montevideo para expresarle a Dilma su apoyo, al menos, moral. "¡No pasarán!", decían algunos carteles, una consigna emotiva pero sin mucho valor concreto. El fascismo pasó en muchas tristes ocasiones, en la Guerra Civil española, por ejemplo, o en nuestras propias calles, hace ya algunos decenios. Lo que parece claro es que el pobre Brasil no tiene arreglo, porque, parafraseando  una canción popular "la corrupción es más fuerte"