martes, 23 de febrero de 2016

Aluvión birrodado


Anoche sentí unos gritos y al asomarme a la ventana de la agencia vi pasar una avalancha de ciclistas que alegremente dieron una o dos vueltas a la plaza antes de irse con su música a otra parte.
Lo que no vi fueron cascos, chalecos reflectantes o luces de posición, probablemente los ciclistas trataban de pasar desapercibidos como ninjas. A no quejarse después si algún automovilista descuidado o simplemente sin suerte se los lleva puestos por ahí, muchachos.