No sé por qué, pero esos dos policías que pasaron junto a mis amigos los ajedrecistas de siempre, no confundir con los pícaros de
Los desconocidos de siempre (
link), los miraron con suspicacia, y antes de llegar a la esquina, dieron media vuelta y volvieron a pasar. Alguien debería explicarle a los uniformados que los combates que se llevan a cabo en el tablero son absolutamente legales.