jueves, 17 de septiembre de 2015

Abandonada

Mientras muchos de sus compañeros se dirigían hacia los lugares de concentración para marchar hacia el Palacio Legislativo a manifestarse, el portador o portadora de esta bandera se tomó un respiro, quizás para comprar algo o para ir al baño, dejando su rojo estandarte por la suya en la vereda. Lo alarmante del caso es que nimgún héroe proletario, al verla así, solita y abandonada, la recogió para izarla y portarla haciéndola flamear orgullosamente en medio de sus hermanas. Ya no da luchadores como antes el pueblo...