domingo, 23 de agosto de 2015

Furia natural

Las fuerzas de la naturaleza se la habían tomado con la pobre Piriápolis, vaya uno a saber por qué causa o entredicho. El caso es que el viento había convencido al habitualmente calmo mar para que golpease la costa con furia, mientras las nubes ocultaban el sol, ¡a ver si así aprende de una buena vez!
En un primer momento me pareció que los colores habían desaparecido, todo estaba agrisado, pero en una de esas los descubrí; con total despreocupación, se habían reunido para admirar todos juntos la bella espuma blanca que acompañaba el rugir de las olas.