domingo, 5 de abril de 2015

Tras el desembarco

Ya no quedaban trazas de la batalla, pero estoy seguro de que la hubo. Los conquistadores desembarcaron en la Playa Ramírez y fueron recibidos con alborozo por los indígenas, contentísimos por la llegada de tan apetitosos extranjeros. Tras un intenso y provechoso intercambio de disparos por flechas, los sobrevivientes de los recién llegados se volvieron, molestos, a sus naves y los demás se quedaron -a la fuerza, hay que decirlo- para ocupar su lugar en la mesa de los indios junto a otros alimentos. El almuerzo estaba pronto.