viernes, 24 de abril de 2015

Clarissa

Hace un rato regresé de enterrar en un claro de un bosque de eucaliptos, a la pequeña Clarissa, la decana de mis gatas. Fue una de las varias felinas que tuve que alimentar de pequeña con cuentagotas y que posiblemente por esa causa quedaron muy ligadas a mí afectivamente, como si yo para ellas fuese una especie de "mamá gato". Tuvo todo lo que una gata mimada puede esperar de la vida y espero que durante los 16 años que pasamos juntos haya sido -en la medida en que eso sea posible en los animales- feliz.