domingo, 18 de enero de 2015

Desolación

Cuando me toca ir a trabajar los domingos de mañana debo atravesar una ciudad poco menos que desierta, como abandonada por sus moradores. Únicamente los turistas, que por razones entendibles no quieren perder más tiempo del estrictamente necesario en la cama  y algunos fiesteros tardíos, que recorren en zig zag el camino de retorno a sus casas,pueden verse aquí y allá.