miércoles, 5 de noviembre de 2014

El David XVII


Algunas de las cosas que el pobre David se ve obligado a presenciar, ya que le es imposible dejar su pedestal por razones contractuales, no son agradables. "Cuando yo vivía en Florencia, esas cosas no se veían" -protesta el pobre. Los tiempos cambian, aunque estoy seguro de que en la Florencia de los Médici se veían espectáculos aún peores...