domingo, 4 de mayo de 2014

Domingo de otoño

Hoy no me puedo quejar; hizo una tarde de otoño de las buenas, y para mejor, me pescó acá en Piriápolis. Al comienzo, poco después del mediodía, estaba brumoso, pero tan agradable que sorprendí a esta pasajera alojada en el argentino Hotel, que por sus  vestiduras presumo que no era de por estos lares, que se había asomado al jardín tímidamente a disfrutar del tibio sol y con disimulo trataba de imitar en su  pose la sencilla esbeltez de la columna en la rambla, .