jueves, 27 de marzo de 2014

Alternativas

En esa callejuela de la ciudad sagrada de Nasik, en el oeste de la India, de pronto me vi enfrentado a varias opciones. Podría haberme sentado, esa silla quizás estaba allí para mi, esperándome. Otra posibilidad habría sido la de ascender por una de las dos cortas escaleras y entrar al edificio, pero ¿y si alguna de ellas (o ambas) conducía a esa celda apenas insinuada, cuya ventana enrejada se ve al medio? Estoy seguro de que todo estaba claramente explicado en los carteles afichados en esa pared color cielo despejado al centro pero, ignorante de mí, no leo hindi o lo que fuere. ¿Qué hacer? Opté por la salida más prudente y continué mi camino. Como quien dice, me fui a la francesa.