martes, 25 de marzo de 2014
Al caer la noche
Ha caído la noche y la calma se instala en el barrio (en Piriápolis). Se escuchan únicamente los trinos de algún pajarito despistado, que seguramente tiene el reloj atrasado, los ladridos amistosos de los perros vecinos y poco más. Me recuerda al Montevideo de antes, sin tantos ruidosos automóviles y donde uno podía estar con las puertas de su casa abiertas, dentro de ciertos límites, claro, sin temor a hurtos o súbitos copamientos.