viernes, 14 de febrero de 2014

Enmascarados

Volvía a casa al atardecer y aún había luz, pero la noche caía con movimiento uniformemente acelerado y pronto me rodearían las tinieblas. De pronto los vi, caminando a mi encuentro, sin darme tiempo a rehacer mis pasos y alejarme rápidamente. Dos enmascarados, probablemente un par de asaltantes de caminos (o de ramblas), pensé, este penoso asunto de la inseguridad ciudadana nos ha puesto a todos un poco paranoicos. En ese momento sentí, a lo lejos, el batir de los tambores y recordé que esa noche se realizaban las Llamadas. ¡Qué alivio, un día más sin ser asaltado, por ahora todo va bien!