jueves, 16 de enero de 2014

Contrastes

Ayer de tarde, charlando con un amigo y colega fotógrafo, le contaba acerca de mi fascinación por la India. En las calles de sus ciudades, le decía, es posible observar todas las escenas de la comedia/tragedia humana, desde el nacimiento hasta la muerte, de lo más sagrado a lo más profano, o como en este caso, una simple pareja musulmana que vadea en un rickshaw arrastrado por una bicicleta el mar rojo del tráfico frente a la estación de trenes, acosados por vehículos de toda laya y porte conducidos mayoritariamente por hindúes.