viernes, 20 de diciembre de 2013

Despertar

Cuando el querubín la rescató de entre los brazos de Morfeo, durante algunos momentos la ninfa se encontró desorientada. Estaba en el prado de siempre, pero a su alrededor alguien había dispuesto una serie de extraños instrumentos que, si bien su instinto bien afinado reconoció de inmediato como musicales, no consiguió identificar. ¿Dónde estaban las cítaras y las flautas de Pan? ¿Es que acaso alguien pretende hacer música con esos artilugios? -se preguntó desconcertada.