miércoles, 11 de septiembre de 2013

Apasionados

Ayer por la tarde, tras un buen rato atravesando, no sin cierta dificultad, las calles inundadas por los coches de los que querían llegar a casa a tiempo para el partido entre Uruguay y Colombia, pasé frente a este bar en el cual los parroquianos miraban todos hacia el lugar adonde estaba la pantalla de la tele. Afuera se había instalado un férreo silencio, éramos pocos los audaces que andábamos por la nuestra desafiando la oscuridad.. Adentro se escuchaba únicamente el ruido de las mandíbulas al triturar la pizzas y alguna que otra exclamación de júbilo o de desaliento emitidas casi al unísono.