domingo, 9 de junio de 2013

Atrapada

Era la hora del rush. Todos corrían a sus casas, a pie, en auto, en ómnibus o en bicicleta. Pero ella permanecía sentada sobre el incómodo banco de hierro, inmóvil, atrapada por su libro, que parecía haberla inmovilizado como una cobra real paraliza a su presa con su sola presencia. Me pregunto qué sería lo que estaba leyendo, porque parecía bueno.