domingo, 12 de mayo de 2013

Lector

Por estas tierras no es frecuente ver pasajeros leyendo libros en los autobuses, incluso durante los viajes largos. Abundan los que van aferrados a sus celulares, eso sí, en especial los jóvenes. Por lo visto, en el Uruguay estamos abandonando de a poco la palabra escrita para retornar a la tradición oral, o a lo sumo, los mensajes de texto minimalistas, algo no muy alentador, realmente.