miércoles, 17 de abril de 2013

Arrinconados

Los bañistas hace tiempo que se han ido, se han desmontado las casetas de madera de la playa. Apenas quedan estos dos tableros de baloncesto, arrinconados (¡no nos moverán!) resistiendo firmes, espalda contra espalda, como para aguantar hasta el final. Hay en el cielo unas pocas nubes, dispersas por el viento que pronto dictará órdenes a su antojo. Nos adentramos en el otoño, como quien se interna en las aguas frías del mar, paso a paso, inexorablemente.