Con esto del reincidente mal tiempo (sale el sol, llueve, sopla el viento, vuelve a asomar el sol, etc.) las autoridades de la bella y adormilada Pirápolis han decidido ofrecerle al turista sensibles atractivos en forma de instalaciones artísticas o como se llamen, o quizás lugares para el reposo y/o esparcimiento, o algo por el estilo. Estamos esperando que nos entreguen los manuales de uso correspondientes para poder sacarles todo el provecho posible.