sábado, 23 de febrero de 2013

Otros tiempos

Hubo un tiempo en que las bochas era un juego de hombres viriles y arrojados. El malevaje alegre que frecuentaba el ya mítico Club Social y Recreativo Las Cañitas, jamás habría permitido la aberración de ver a una paica participando de igual a igual  con los machos. La barra del turco Repetto, siempre en rivalidad con los seguidores del legendario compadrito Jacowski, siempre estaba desafiándolos a mentadas partidas de bochas, que en alguna oportunidad supieron prolongarse por dos días con sus respectivas noches, como la llamada "batalla del bochín", de la cual se habló durante generaciones. Silva, el único afilador al que Jacowski le permitia que le arreglase el cuchillo, era él mismo un bochador excelso. Hoy ese malevaje "se ha perdido" -según un cierto escritor argentino, bastante conocido en su momento y que se tenía por conocedor del tema -"en sórdidas noticias policiales".
Todo ha cambiado, y para mal. Mientras disparaba mi cámara, arrinconado por el recuerdo de esas épocas de grandes gestas, se me piantó un lagrimón, ¡qué le vamos a hacer!.