jueves, 8 de noviembre de 2012

Vertiginoso

Algo que siempre me tuvo en vilo al viajar por el Tibet, era el vertiginoso desplazamiento de los vehículos en sus ciudades. Tomar un rickshaw en Lhasa, por ejemplo, era como comprar un boleto para una desenfrenada carrera a lo largo de sus espaciosas avenidas, con un desenlace imprevisible.