domingo, 30 de septiembre de 2012

Batalla nocturna

Caía la noche y blancas y las negras continuaban enzarzadas en su cruenta batalla ritual sobre el tablero. Ya no quedaban espectadores de la lucha; la invasiva nocturnidad ya había producido el correspondiente daño colateral y los mirones se habían replegado hacia la tranquilidad de sus hogares. En la avenida cada vez más vacía, solo se escuchaban los relinchos de los caballos al asalto de torres y alfiles, con un único objetivo: el rey enemigo.