viernes, 20 de julio de 2012

¡Oh, no!..

Pasó lo que tenía que pasar. Tarde o temprano mi gatita Nani, la más reciente gata residente, iba a descubrir lo que es el mundo real. Pese a nuestros afectuosos cuidados y con solamente ocho meses de edad, ya se enteró de la dura realidad y no tuvo mejor reacción que enterrar su cabecita en la colcha de la cama, presa del miedo. Nosotros ya pasamos todos por lo mismo, pero al menos eso de esconder la cabeza como avestruces quedó atrás.