viernes, 20 de abril de 2012

Tres mujeres en Verona

Las tres estatuas se aburrían soberanamente (supongo que serían princesas o reinas) y una de ellas, harta de permanecer siempre en la misma pose -inmóvil como una estatua, naturalmente- decidió estirar un poco los miembros entumecidos y asomarse a la ventana. No es algo muy convencional que se diga, las estatuas se supone que deben permanecer, dentro de lo posible, en el mismo lugar, pero creo que es algo perfectamente entendible.