miércoles, 15 de febrero de 2012

Ajeno al mundanal ruido

El peregrino en esta otra fiesta religiosa, la de la Virgen de Punta Corral, en el norte argentino, dormía -más bien se recuperaba- a pesar del estruendo circundante. Es evidente que estaba exhausto y no es para menos; las peregrinaciones a ese santuario, situado a más de tres mil metros de altitud, no son para cualquiera, y puedo asegurarlo con toda propiedad, pues fui alli varias veces.