jueves, 12 de enero de 2012

La Tirana II

Con tantos años como lleva la Virgen atendiendo pedidos en ese santuario, no me cabe duda de que debe de haber escuchado y visto cosas muy singulares, como este penitente, que se arrastraba por las calles sobre su pecho descubierto hasta la iglesia, que quedaba a varias cuadras de distancia.