sábado, 21 de enero de 2012

Celoso

Caminaba por la Ciudad Vieja y escuché que me chistaban desde lo alto de una  antigua casona. Era el señor ese, con apariencia de extranjero (¿romano?), que me quería manifestar su descontento por colocar en mi página web fotografías de gatos en las azoteas, desdeñando su augusta presencia en las idem. 
-¿Y yo? -me dijo con voz quejosa -¿no me merezco ni siquiera una fotito? Las cámaras digitales no gastan nada, ni siquiera película...
Parecía bien informado y de todos modos no me costaba nada darle el gusto, así que aquí está.