jueves, 6 de octubre de 2011

Símbolos

Pasé frente a la Biblioteca nacional justo cuando se estaba desarrollando esta escena curiosa: Benedetti, a la derecha, recostado sobre una columna, miraba con aire divertido cómo el pobre Sócrates (el futbolista, no, el otro, el menos conocido), probablemente molesto a causa de aquel viejo asunto de la cicuta, se quejaba de los irresponsable "creativos" que le habían grafitado el pedestal del monumento.
Ya no hay respeto por los filósofos, ¡qué barbaridad!