domingo, 23 de octubre de 2011

Minarete

Me bajé del camello entumecido por horas de recorrer el desierto sobre su incómoda giba y me dirigí tambaleante hacia la mezquita, cuyo esbelto minarete apuntaba hacia el cielo azul como una mano que señalase a Dios. Desde lo alto de la torre, el muecín convocaba a la oración y alarmado, comprendí que pronto comenzarían a acudir los fieles y correría el riesgo de ser descubierto. Busqué rápidamente con la mirada un lugar donde ocultarme, aunque sabía que era inútil, pues de cualquier modo la presencia de mi montura me delataría.
Hoy no salí de casa, así que me puse a viajar con la imaginación, mirando esta foto tomada en la remota...Montevideo, sobre la rambla, en el edificio que alguna vez fue conocido como "el cabaret de la muerte" y que hoy alberga al mucho más inocente museo oceanográfico.