viernes, 14 de octubre de 2011

Esperando

Acuclillado, el samilante, hombre-pájaro, parecía hallarse a la espera de algo. Un poco más atrás, arrebujada en su ponchito e igualmente inmóvil, una mujer también parecía estar aguardando, no puedo imaginarme qué. Frente a ellos, el fotógrafo, cámara en mano, esperaba el momento en que la composición en el visor lo hiciese oprimir el disparador. Todos esperábamos algo aquella tarde lenta en Casabindo, pequeño poblado del norte argentino que luchaba entre siestas eternas por no caerse del mapa de una vez y para siempre.