sábado, 4 de junio de 2011

Buenos Aires VIII

A medida que las ciudades van creciendo, los pequeños espacios que consiguen hacerse sus pobladores para aislarse un poco de las masas y del ajetreo, como las azoteas, van siendo arrinconados por construcciones más altas, prepotentes, como si se tratase de una enorme partida de go en la cual los más chiquitos siempre acabasen perdiendo. La azotea de la foto, por ejemplo, está como en el sexto piso de un edificio y ya parece rodeada por muros infranqueables, apenas si se consigue ver el cielo desde allí, y quién sabe por cuánto tiempo más...