Era pleno invierno, pero las pequeñas flores se empeñaban en alegrarnos el día gris y lluvioso. Eran tan hermosas que casi empañaban la visión de las espléndidas ruinas del los templos helénicos, absortos en su eterno sueño de gloria.
sábado, 21 de mayo de 2011
Las flores y los templos
Era pleno invierno, pero las pequeñas flores se empeñaban en alegrarnos el día gris y lluvioso. Eran tan hermosas que casi empañaban la visión de las espléndidas ruinas del los templos helénicos, absortos en su eterno sueño de gloria.