sábado, 9 de abril de 2011

Oportunidad

Afortunadamente el tiempo en Piriápolis estuvo estupendo y me pude dar un baño delicioso en Playa Hermosa. Al atardecer, mientras hacíamos las últimas compras para la cena, un teléfono surgió de entre las sombras que iban en aumento y nos ofreció sus servicios. Pero no, no había nadie a quien llamar y se quedó allí, solo, en medio de la oscuridad que lo iba invadiendo todo como una marea creciente.